jueves, 14 de agosto de 2008

Uso diario de mandalas para el crecimiento personal



La mandalas provienen del oriente, trabajadas por el budismo e hinduismo (en este caso llamadas yantras), para trabajar con el crecimiento personal. No obstante en la cultura hispanoamericana la encontramos en el simbolismo maya (su calendario) y la cultura huichola (mexico central altiplánico), en sus visiones sugeridas en trances chamánicos, inducidos en ocasiones por el peyote.

En si mismas representan micromundos y macromundos, que tienen por fin hacernos consciente que todo se encuentra conectado, que la vida es un continuo cíclico y todo lo concerniente a la complejidad de la percepción de los estados perceptuales (como percibo lo real o efímero, qué es lo relevante o lo accesorio... que en fin y al cabo dependen mucho de la mirada del percepción más que de la situación o el problema en si).

Dentro de las utilidades prácticas de las mandalas encontramos: la capacidad de relajación, aumentar nuestro poder de concentración (focalizandonos en ciertos puntos mientras confeccionamos o pintamos la mandala), capacidad de instrospección e insight y la apertura de nuestra creatividad.

Dependiendo del uso de colores y formas tendremos diferentes perspectivas de los requerimientos orgánicos y psíquicos que requiere nuestro cuerpo.

Colores y significados

Hablando sobre el tema de colorido, generalmente el uso del tono azul habla de necesidad de descanso y tranquilidad, con posibilidades que la persona padezca de stress. También habla de la necesidad de buscar vínculos profundos y estables, con quien compartir nuestra vida afectiva más intensa.

El verde tiene que ver con la capacidad de autocurarnos, de autoafirmarse o lograr constancia en las acciones que realizamos. Puede hablar también de cansacio o agotamiento y la adaptabilidad a situaciones rutinarias.

El amarillo actúa fuertemente con vitalidad y sobre todo la capacidad de la voluntad, la adaptabilidad y la capacidad para superar maduramente obstáculos, se relaciona con la posibilidad de relacionarse a nivel más social (menos profundo), a la comunicación y locuacidad. También con la creatividad y sobre todo atraer la jovialidad.

El rojo tiene que ver con la estimulación y la vitalidad, la pasión por lo que se hace y el dinamismo para enfrentar proyectos.

El violeta es un color espiritual, atrayendo profundammente el misticismo.

Formas y significancia

Respecto a los trazos generalmente los trazos curvos hablan de sensibilidad, capacidad de conciliar y relacionarse, en general todo el aspecto de relacionarse con el aspecto femenino o ying.

Los trazos rectilineos y los cuadrados hablan de la concreción, de la capacidad racional para enfrentar en el plano pragmático.

El punto y el círculo habla de la relación con el infinito.


Trabajo diario con mandalas

Respecto a ello, se puede mencionar que todos los días se pueden trabajar con mándalas, se señalaba que el psicoanalista Carl Jung siempre realizaba una al día como forma de autoconocimiento. Generalmente las mandalas son creaciones únicas que cambian día a día, tanto para sus colores como sus formas.

Se puede trabajar bajo una mándala prediseñada (que en internet hay sitio donde puedes descargarlas, como es por ejemplo el sitio www.free-mandala.com/es/start.html), o bien crearlas.

En este caso es bueno poseer un compás, regla y escuadra. Generalmente se traza un gran círculo y en su interior se va rellenando según lo que se sienta necesario dibujar. Luego se pinta y al final se observa por algunos minutos (5 - 10 minutos), si bien en un primer momento no obtendremos significancia relevante, y posiblemente sirva en un primer momento para relajar la vista, con el tiempo nuestras percepciones van cambiando sutilmente...

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